miércoles, 4 de julio de 2007

F.F. Coppola y la fábrica de sueños

Entro a la biblioteca popular del centro de General Roca y me paro en la fila de devoluciones a esperar que me atiendan. Me entretengo mirando el anaquel de recomendados de la semana. De repente lo veo. “Zoetrope All Story”. Busco su autor. Francis Ford Coppola. Lo pido en la mesa de entrada y salgo hechizada con la idea de que Francis y yo hayamos pensado en el mismo nombre para nuestros proyectos.

Publicado en 2001 por EMECÉ,
“Zoetrope All Story: La fábrica de sueños de Francis Ford Coppola” compila cuentos y experiencias de escritores, algunos de los cuales se han enredado en varias oportunidades con el oficio de guionista.

En la introducción,
Coppola explica que lo más atractivo para un director, un buen actor o cualquier persona relacionada con una película es la historia. Por eso es necesario escribirla como historia y no como guión. Según él, este es el formato que sirve para que el gerente de producción pueda decir si el proyecto es viable o no en función del tiempo y los costos. “La historia es el cimiento sobre el que se construye todo lo demás” dice el padre de Zoetrope.

Lo que al director de
Apocalypse Now le desconcierta es que ninguno de los estudios importantes de Hollywood “convirtieran el cultivo de la escritura en su foco principal”

Así nace la fábrica de sueños. Con la idea de que el mejor formato para base de un guión es el cuento, en 1997 surge “Zoetrope All Story”, una revista literaria que publica ingeniosos, inquietantes, dramáticos y divertidos cuentos.

A pesar de la tesis que da origen a la publicación, el límite no es la búsqueda de historias que puedan ser buenas películas porque, al decir de Francis, eso excluiría a grandes talentos literarios cuyas obras “podrían no ser adaptables al cine”.

Los escritores, a veces con el encargo de “Zoetrope” de escribir sobre esta o aquella idea, deben usar sus recursos “para contrarrestar las constantes presiones que nos hacen sentir mal respecto de nosotros mismos con algo vivo, satisfactorio y excitante: la literatura”.

Cierro el libro. Pienso en una buena forma de coronar una semana teñida por Coppola. Entonces vuelvo a poner
“El Padrino”. Recuerdo el nombre de la productora de su director: American Zoetrope. Y me doy cuenta de que Mi Zootropo no fue producto del paralelismo creativo que creí tener con Francis. Entiendo que es más probable que el nombre haya estado en mi inconsciente, por las repetidas ocasiones en que mis ojos capturaron el término al comienzo de cada película escrita, producida o/y dirigida por él. No importa. Fue lindo mientras duró.

No hay comentarios: