miércoles, 11 de julio de 2007

Stella Maris Poggian, entre Apolo y Dionisio

Stella Maris Poggian es Doctora en Ciencias de la Información. También es docente: enseña Teoría de la Comunicación y Cine en la Universidad del Comahue y Guión e Historia del Cine en el Instituto Universitario Patagónico de Artes. A continuación, el resultado de una charla rica y extensa que tuvo con Zoetropo.

Entre Apolo y Dionisio está ella. Delicada y suave, enérgica e inspirada. Pasa de la quietud al frenesí en un instante, sin que el aire que la rodea lo note. Sus palabras brotan desarticuladas por la pasión que inquieta su vida: el cine y más profundamente, el conocimiento.

¿Cómo fue tu camino académico?

Estudié periodismo en La Plata, en los años ochenta. Yo quería estudiar cine pero en general las carreras de cine habían sido cerradas, era la etapa final del golpe, entonces una carrera que me parecía mas cercana era la de periodismo. Pero además de eso empecé a ir a los cineclubes que había. Yo siempre digo que directores como Bergman me formaron, porque los iba a ver a los cineclubes, las películas que no estaban prohibidas. Eran películas que te abrían la cabeza. Y si bien la vida académica era distinta a la de ahora, porque había menos acceso a los libros, más prohibiciones, en esos minutos que pasabas ahí viendo la película descubrías que habían otros mundos posibles. Mi idea era que en algún momento me iba a acercar más al cine.

¿De dónde venía el deseo de estudiar cine?

Yo había visto mucho cine con mi mamá. A ella le gustaban los programas de la tarde que pasaban películas en blanco y negro, así que yo había visto mucho cine argentino con ella. Mis papás eran cinéfilos. Me habían contado de cine, así que tenía algún conocimiento.

¿Qué hiciste después de recibirte?

Me fui a Río Gallegos. Trabajé en radio como guionista. Hacía un programa de turismo y otro de cine. Pasaba música de cine, pero como no se conseguía con facilidad, buscaba otra música, aunque no fuera pertinente, y lograba hablar de cine, que era lo que me gustaba. Empecé a ser autodidacta. Con el tiempo, en otros trabajos siempre trataba de inclinarme al mundo de la cinematografía.

Su primer contacto con la Universidad del Comahue fue a través de la Escuela de Idiomas. Allí coordinaba el área audiovisual. Se pasaban muchas películas para enseñar idiomas y Stella Maris se encontró con mucha gente formada en cine. Entonces realizaron el proyecto de Cine Abierto que duró un tiempo importante.

Y llegaste a estudiar cine…

Si. Trabajé en la ESI hasta que para el aniversario de los 100 años del cine, me fui a hacer un posgrado en comunicación audiovisual en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Allí hice un trabajo para el master, sobre el cine de la posguerra española. Ese trabajo estaba enmarcado en una cátedra que daba Román Gubern. Veo una película que se llama “Raza”, que, según nos cuenta Gubern, la había guionado Franco, buscando una película que reflejara lo que era ese proyecto político fascista.
Lo que yo buscaba era originalidad en el tema. Entonces lo que veo es que las cuatro mujeres que estaban allí eran iguales. Se mostraban cuatro mujeres: la mujer del militar, la hija del militar, una que era espía y otra con un papel mínimo. Las cuatro eran una. Y veo que el discurso político buscaba que la mujer sea, no multifacética como somos todas las mujeres, sino una mujer disciplinada, única. Gubern me felicita por el enfoque y a partir de ahí yo me acerqué a él y empecé a trabajar con el en lo que iba a ser mi tesis de maestría y de doctorado.

¿Cómo fue el trabajo para esa tesis de maestría?

Eso sí que fue como una carrera de cinematografía. A veces las cosas no llegan a tiempo, pero llegan después. La tesis de maestría la hago sobre la obra de Vicente Aranda, el tema del doble en sus películas. Mi hipótesis era que en su obra, Aranda va a responder a ese cine de los cuarenta años de franquismo en la apertura democrática. A su actriz fetiche, Victoria Abril, la empieza a duplicar. La representación de una mujer multifacética.
Para el doctorado amplío el tema. La tesis se titula “El doble como manifestación del imaginario audiovisual del sujeto moderno”. Trabajé básicamente con el tema de la identidad, del otro. El doble es pensar la identidad y la alteridad.

Stella Maris cita a Edgar Morín cuando dice que el mito del doble es el mito del siglo XX.

Yo estaba a fin de un siglo, en una Europa relativamente tranquila, un momento muy profundo para investigar ese mito. También en ese tiempo estaba el tema de la clonación.

¿Te cambió en algo viajar por el posgrado?

Un posgrado te da una formación muy abierta, ves mucho las raíces. Tuve que resignar muchas cosas, mi carrera docente aquí por ejemplo, pero es un poco lo de Umberto Eco en “El nombre de la Rosa”. Adso de Melk deja todo, incluso el amor por buscar el conocimiento. También es tema del Fausto. ¿Por qué uno está acá? ¿Qué está haciendo? ¿Qué está buscando?
El posgrado me cambió la visión de las cosas desde lo académico. Estudiar no solo por avanzar, estudiar en profundidad para avanzar en el conocimiento.

¿Te gustaría volver?

Cuando imagino un lugar para viajar, mi primera imagen es la biblioteca de Barcelona. Tenía cuatro plantas, creo. Cuando llegué pensé: ¿Cómo voy a hacer para leer todo esto? Entonces dije: “Voy a empezar a recorrer el primer piso, estante por estante”. Lo que es la obsesión por el conocimiento…
Lo bueno de estar acá es que puedo formar gente. Por lo menos mínimamente transmitir la intensidad por la que pasé.

Una vez doctorada en Comunicación Audiovisual, Poggian empezó a enseñar en la Escuela de Cine del IUPA, primero en la materia de Historia del Cine, después en Guión.

¿Cómo es Carrera de Cine y Nuevos Medios en comparación con las de otras academias?

Se trabaja muy bien, es una muy buena carrera y hay un buen cuerpo docente. Creo que está a la altura de otras en el país. También es cierto que hay un boom de carreras de cine. Inclusive en las carreras de comunicación hay cine o materias audiovisuales, se hacen cortos, documentales. Y después hay muchos proyectos vinculados al cine. Yo estoy en uno de filosofía, de pasados recientes en conflicto.

¿Es difícil enseñar “Guión”?

Es un desafío. A veces se cree que se escribe menos, pero no es tan así. Hay mucha escritura, por ejemplo por Internet. No es una escritura cuidada, es una escritura que va casi a la oralidad, pero hay escritura. Hay que aprehender esas formas de escritura. Claro que para escribir un guión hay que tener buena puntuación, ortografía, porque hay que escribir como se va a hablar después. Hay que respetar una estructura mínima. Es difícil enseñar todo eso. Pero es un trabajo muy creativo, que cuesta pero se puede hacer si se dedica esfuerzo y tiempo.

¿En los guiones originales de tus alumnos hay una temática generacional?

En la parte de guión original tenemos un tema: que matan. Pero creo que la cuestión de matar está muy vinculada a épocas muy violentas, por eso siempre aparece como reiterativo el problema de la muerte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

creo que es imposible darse una idea todo lo que puede llegar a abarcar el imaginario de Stella. La fascinación por el cine, el comocimiento y la imaginación de la profe estan en constante interacción. Esto da resultados admirables. La entrevista me parece muy buena, tal vez trabajar mas sobre este punto q acabo de resaltar hubiese sida mas ructifero en favor del contenido de la entrevista.

Anónimo dijo...

primero y principal el alumno es un flor de chupamedias...... mamita
segundo, cuando se llena la boca contando de como veia cine con los padres (cinófilos de alma) porque no cuenta como estuvo con ellos cuando murieron...........me gustaria que investiguen un poquito sobre esta señora y como aprobo las materias cuando se recibió.........